¿Crees que Colón mintió a propósito sobre el descubrimiento de Asia?
Se sabe que Colón afirmó en su lecho de muerte que creía haber cumplido su carta y haber encontrado una ruta hacia Asia, demostrando que sus habilidades de navegación y sus cálculos eran correctos.
Sin embargo, el historiador Alfred Crosby Jr, en su libro "El intercambio colombino", sostiene que Colón debía de saber que no estaba en Asia y redobló su mentira para preservar lo poco de su reputación que le quedaba cerca del final de su vida.
Crosby sostiene que hay mentiras o inexactitudes tan flagrantes en las cartas de Colón a la monarquía de España y en sus diarios, que sabía que se publicarían, que debió de saber que no estaba donde decía estar. Colón describe haber oído cantos de pájaros familiares y especies de foul del Mediterráneo oriental, pájaros y animales que ni siquiera existen en las partes de Asia donde afirmaba haber desembarcado. Crosby argumenta que debió de manipular los hechos para adaptarlos a su causa y hacer que las tierras que descubrió resultaran más "familiares" a su público. Además, expone el argumento legal y financiero de que si Colón no hubiera llegado a Asia como se le había encomendado, España no le habría vuelto a financiar.
Todo ello ejerce una fuerte presión para convencer a la gente de su éxito, aunque en su fracaso haya descubierto dos vastos continentes de riqueza material. Además, Crosby explica que los viajes de Colón no empiezan a ser rentables hasta el segundo, tercero y cuarto viajes, durante los cuales trae oro, plata, coral, algodón e información detallada sobre la fertilidad de la tierra, lo que refuerza su deseo de demostrar su éxito desde el principio para mantener una financiación adecuada.
Sin embargo, Crosby admite que, debido a la limitación de las fuentes primarias, ya que la mayoría son del propio Colón y de su perspectiva y sesgo, Colón pudo haber creído en sus errores de cálculo al descubrir tierras aproximadamente cercanas a las distancias que predijo. Y la falta de mapas europeos detallados de las islas asiáticas cercanas a Japón y China habría dificultado la refutación de su teoría, incluso mientras interactuaba con (y España seguía interactuando con) nuevos pueblos indígenas de América Central y del Sur.1